Gran aliado para limpiar la casa, también el trapo debe ser limpiado de vez en cuando. Hay un truco para hacerlo brillar como cuando sale de la caja.
Limpiar la escoba
La escoba es el clásico cuando se trata de hacer nuestra ronda semanal de limpieza. Dotado de un cubo lleno de agua y detergente, este instrumento es perfecto para eliminar la suciedad de las superficies duras, como suelos y azulejos, si no queremos utilizar otros sistemas como una fregona a vapor.
Es claro, sin embargo, que con el tiempo incluso el trapo comienza a acumular suciedad hasta volverse completamente negro en los casos más graves. Pensemos, por ejemplo, en los momentos en que se utiliza para limpiar exteriores, como un balcón, o en las situaciones de emergencia en las que hemos tenido que realizar una limpieza extraordinaria.
Sin embargo, esto no significa que sea necesario ir cada vez al supermercado o a nuestra tienda local para comprar un nuevo trapeador. Con algunas precauciones, es posible devolverle su aspecto nuevo: los clásicos remedios de la abuela que son útiles cuando se quiere reutilizar lo que aún puede ser puesto en excelentes condiciones.
Cómo limpiar la escoba: los secretos para darle un aspecto nuevo
Suponiendo que la pereza no nos lleve a limpiar el trapeador cada vez que terminamos nuestro ciclo de limpieza, tarde o temprano nos daremos cuenta de que también la herramienta necesitará una actualización.
El primer paso para darle un nuevo aspecto a tu trapo es sumergirlo en un recipiente lleno de agua limpia con una pizca de bicarbonato. Déjalo allí durante unas horas, para que el bicarbonato de sodio actúe sobre las manchas más tenaces. Si crees que no es suficiente, también puedes usar un detergente blanqueador.
Una vez hecho esto, y después de asegurarnos de que gran parte del trabajo ha sido realizado, podemos poner el paño en la lavadora. Dependiendo del tipo de plástico que se encuentre en la parte trasera, se puede confiar en un programa de alta temperatura, para asegurarse de eliminar cualquier rastro de suciedad.
Ahora llega el momento más delicado. Puede parecer paradójico, pero la fase de secado es la más importante. De hecho, un trapo que se seca demasiado lentamente y mal puede convertirse en un terreno fértil para el crecimiento de moho y bacterias: entonces hay que tirarlo.
La solución es, por lo tanto, desenredar lo mejor posible las tiras de tela y, si tienen la posibilidad, dejar el trapo al sol. Un tarea que será sin duda más fácil durante la temporada de verano. Durante los meses más fríos, sin embargo, es mejor dejarlo secar cerca de una fuente de calor, ya sea una estufa o un radiador.
Paño
Después de haber seguido todo el procedimiento a la perfección, descubrirás que la escoba estará prácticamente en el estado en que la encontraste una vez abierta la caja, lista para acompañarte en varias sesiones de limpieza adicionales.